Y hablando de cosas que sí están pasando de castaño a oscuro...
Fragmentos de ideas que fui cortando de todos lados y con los que fui adhiriendo.
Las retenciones fueron reinstaladas en el régimen fiscal argentino con el dictado de la Ley de Emergencias en el año 2002; tenían por objeto paliar la grave crisis económica, social, e institucional que atravesaba el país. Los porcentajes máximos se fijaron en el 20% para las oleaginosas y en menores proporciones para los restantes comodities. En el año 2008 el Poder Ejecutivo Nacional, ha incrementado las alícuotas, hasta el valor móvil dispuesto por la Resolución 125/08, elevando al 44.5% el porcentaje de aplicación, esto en un escenario económico de crecimiento, consolidado institucionalmente y de paz social; totalmente diferente al año 2002. En mérito a ello se consideran a las medidas dispuestas carentes de racionalidad y con consecuencias arbitrarias y confiscatorias.
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Aún y cuando se llegara a un acuerdo, por razonable que fuera, la credibilidad está absolutamente deteriorada. Y si no se llegare a un acuerdo, quienes de todos modos acepten las reglas del juego no invertirán ni producirán como lo hacían hasta ahora. Es decir que de una manera o de la otra, el daño está hecho. La verborragia consejera según la cual todos tenemos que contribuir a una “mejor distribución de la riqueza” no incluye a la clase política ni a los amigos del poder que adquieren empresas con créditos blandos de bancos oficiales o simplemente logran concesiones que el común de los mortales tiene vedadas. El reparto, lo mismo que la avaricia, son de los demás. Nunca de los gobernantes.
Aún y cuando se llegara a un acuerdo, por razonable que fuera, la credibilidad está absolutamente deteriorada. Y si no se llegare a un acuerdo, quienes de todos modos acepten las reglas del juego no invertirán ni producirán como lo hacían hasta ahora. Es decir que de una manera o de la otra, el daño está hecho. La verborragia consejera según la cual todos tenemos que contribuir a una “mejor distribución de la riqueza” no incluye a la clase política ni a los amigos del poder que adquieren empresas con créditos blandos de bancos oficiales o simplemente logran concesiones que el común de los mortales tiene vedadas. El reparto, lo mismo que la avaricia, son de los demás. Nunca de los gobernantes.
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Es nuestra presidenta, o sea, es la presidenta de todos los argentinos. Y me resulta admirable porque es una líder, ya que lo que no pudieron lograr los agricultores el 25 de junio de 1912, lo logró Cristina: unir en la protesta a los miembros de la Sociedad Rural Argentina con la Federación Agraria Argentina y por si fuera poco, logró que a ambas entidades sean apoyadas por los habitantes de los departamentos de las ciudades, que temo que muchos de sus hijos pequeños, los de las salitas de cuatro o cinco años, si les dicen que dibujen un pollo, lo pueden llegar a dibujar como los ven en las góndolas de los supermercados porque no saben con certeza cómo es un pollo cuando está vivo.
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Una sensación dual: entre la bronca y la esperanza. Bronca porque la experiencia no enseña en la Argentina, y esperanza porque llegue el “darse cuenta” antes de votar.
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Ya ha logrado (Kirchner) que algo más de un 70% de la gente apoye la protesta del campo, que todo el mundo, por todos lados, hable y entienda acerca de la aberración de las retenciones. Casi una bendición para el enriquecimiento cultural y cívico de un pueblo que no tiene la menor idea de estos asuntos.
Es nuestra presidenta, o sea, es la presidenta de todos los argentinos. Y me resulta admirable porque es una líder, ya que lo que no pudieron lograr los agricultores el 25 de junio de 1912, lo logró Cristina: unir en la protesta a los miembros de la Sociedad Rural Argentina con la Federación Agraria Argentina y por si fuera poco, logró que a ambas entidades sean apoyadas por los habitantes de los departamentos de las ciudades, que temo que muchos de sus hijos pequeños, los de las salitas de cuatro o cinco años, si les dicen que dibujen un pollo, lo pueden llegar a dibujar como los ven en las góndolas de los supermercados porque no saben con certeza cómo es un pollo cuando está vivo.
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Una sensación dual: entre la bronca y la esperanza. Bronca porque la experiencia no enseña en la Argentina, y esperanza porque llegue el “darse cuenta” antes de votar.
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Ya ha logrado (Kirchner) que algo más de un 70% de la gente apoye la protesta del campo, que todo el mundo, por todos lados, hable y entienda acerca de la aberración de las retenciones. Casi una bendición para el enriquecimiento cultural y cívico de un pueblo que no tiene la menor idea de estos asuntos.
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El impuesto a las exportaciones, mal llamadas retenciones, es difícil de explicar fuera de la Argentina. La mayoría de los países modernos entienden que para un efectivo desarrollo de sus economías es necesario estimular las exportaciones, y para ello se recurre a reintegros, subsidios y otros procedimientos que luego deben justificar en las organizaciones de comercio internacional, pero no dejan de aplicarlos. Por el contrario, en nuestro país y desde hace seis años se reimplantó este impuesto a los productos primarios y a los industrializados que provienen de ellos.
El impuesto a las exportaciones, mal llamadas retenciones, es difícil de explicar fuera de la Argentina. La mayoría de los países modernos entienden que para un efectivo desarrollo de sus economías es necesario estimular las exportaciones, y para ello se recurre a reintegros, subsidios y otros procedimientos que luego deben justificar en las organizaciones de comercio internacional, pero no dejan de aplicarlos. Por el contrario, en nuestro país y desde hace seis años se reimplantó este impuesto a los productos primarios y a los industrializados que provienen de ellos.
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Cuando leo cosas como estas me doy cuenta que no da para más: "Compró varias alhajas y apreció unos aros con diamantes, cuyo valor roza los 100 mil euros (compró los de 50 mil y una toalla de lino egipcio de seis mil Euros, entre otros artículos de primerísima necesidad)". Perfil.com ¿Cómo hago para seguir cuando surgen cosas así justo luego de pedir a los avaros que dejen de juntarla en pala y la compartan, y lanzar su consigna de Opción por los pobres?
Cuando leo cosas como estas me doy cuenta que no da para más: "Compró varias alhajas y apreció unos aros con diamantes, cuyo valor roza los 100 mil euros (compró los de 50 mil y una toalla de lino egipcio de seis mil Euros, entre otros artículos de primerísima necesidad)". Perfil.com ¿Cómo hago para seguir cuando surgen cosas así justo luego de pedir a los avaros que dejen de juntarla en pala y la compartan, y lanzar su consigna de Opción por los pobres?
